La inquisición española es uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad. En nombre de Dios se torturaba y quemaba a la gente sin más pruebas que una denuncia o la simple sospecha de faltar a las leyes del cristianismo.
Torquemada
Cuando se habla de la inquisición española, el nombre más conocido es el de Fray Tomás de Torquemada, un presbítero dominico castellano, confesor de la reina Isabel la Católica y primer inquisidor general de Castilla y Aragón en el siglo XV.
Fué él quien inicio la época más cruel de persecución a los judíos que duró desde 1480 a 1530
Las prisiones
Quien tenía la mala fortuna de caer en manos de la inquisición acusado de herejía, podías pasar semanas e incluso meses aislado en una celda, sin contacto con el mundo exterior. Además, sus bienes eran confiscados para pagar su manutención, lo que amenudo suponía la ruina para sus famílias.
Auto de fe y relajación
El auto de fe consistía en una ceremonia en la que el reo regresaba al seno de la iglesia, en caso de ser un penitente, o era declarado hereje, en caso de ser declarado impenitente. No había sentencias de exculpación, ya que el proceso buscaba únicamente un reconocimiento y arrepentimiento por parte del reo, reconocimiento que se obtenía mediante torturas y aislamiento.
La relajación era el proceso de entrega del reo a las autoridades no ecleciásticas una vez condenado a muerte.